Alquiler de barcos en Hondarribia · Beneteau — Oceanis 373 (2005)

El nivel de mantenimiento de la embarcación es insuficiente: asiento de inodoro no fijo, lo que es bastante incómodo de usar garfio y ancla retorcidos sin que esto se señale al recoger Libro de puertos que data de 2005. !! Vela mayor sobre enrollador muy desgastada: el armador nos dice que hay que tirar de ella con suavidad al poner las velas, lo cual entendemos. Sin embargo, al tercer día salimos de Getaria y mientras estábamos en el mar acercándonos a Lequeitio con 12 nudos de viento, el ovillo cedió de repente. Inmediatamente enviamos una foto a la empresa de alquiler explicando que íbamos a parar en Lequeitio y queríamos organizarnos con él. Luego nos reprochó haber enviado la vela sin precaución. Llegó unas horas más tarde a recoger la vela y como le preguntamos si este desperfecto quedaría retenido en el depósito, repitió que lo veríamos al final. Tomó la vela cerca de Bilbao y quería que fuéramos a buscarla a motor (unas 30 millas náuticas) al velero que la repararía al día siguiente. Finalmente se lo dio a un barco que llegó a Lequeitio y lo recogimos la noche siguiente y lo devolvimos. Mientras tanto, el desagüe del inodoro, que desde un principio parecía muy caprichoso a excepción del líquido, se bloqueó por completo. Lo desmantelamos por completo y lo descorchamos: había concreciones de materia fecal dura como la piedra que probablemente llevaba un tiempo allí. Sobre los aseos, un pequeño letrero indicaba que en caso de que los sanitarios estuvieran bloqueados se impondría un paquete de desbloqueo de 120 euros. Como los baños no funcionaban, ¡debió ser bastante lucrativo! Después de este desagradable episodio en Lequeitio, pasamos varias noches malas ante tanta deshonestidad y llegamos muy tensos al final del crucero. Tuvo el descaro de decirnos por mensaje de texto que no deberíamos olvidarnos de limpiar el barco. A la vuelta, no vino y envió a un amigo a recoger las llaves ya su cuñada para una posible limpieza. Salió diciendo que era perfecto y nos devolvió el depósito. Este negocio de la navegación arruinó el crucero. Lo más desagradable fue su reacción negativa ante la rotura del ovillo de GV: nos lo dijo varias veces por texto sin haber visto la vela que le habíamos forzado y cuando subió a bordo Continuó afirmando mientras veíamos claramente que la tela de esta zona siempre expuesta al sol estaba "cocida" (es una vela con rodillo en el mástil). NB: El funcionamiento de un barco no nos es desconocido, llevamos 30 años navegando en nuestro propio velero y hemos recorrido el Atlántico Norte en un año en catamarán.

Tuvimos una experiencia maravillosa navegando en San Sebastián. Iratxe fue muy atento y servicial en reservar la reserva y nos proporcionó toda la información necesaria para nuestro viaje. Nos lo pasamos de maravilla a bordo con Aitzol, un capitán de vela muy bien informado. Recomiendo encarecidamente navegar con Navegavela!

El propietario es muy acogedor y amable, habla Inglés, hermoso barco. Una recomiendo vivamente.